-Un día -contaba un pez exagerando un poco-,hacía tanto frío que el fondo del estanque se heló. Mi compañero Espinito se quedo incrustado en el hielo, congelado él también. Yo le hacía señas para que se fuera para arriba,pero el no podía mover ni una aleta. ¡Que catástrofe!Fui a buscar a los demás peces y empezamos a golpear y golpear el hielo,para romperlo y sacar a Espinito. ¡Y lo conseguimos!
El pez aburrido
El pez daba mil vueltas y más vueltas a su pecera.
-¿Me ayudas a salir de aquí?-pregunto el pez al loro-.
-¿Para que?No sabes andar ni volar, y te morirás si te saco del agua.
-Quiero nadar en la bañera. Por favor, llévame.
El loro lo cogió por una aleta y lo puso en la bañera. Allí había otro pez
-Buenos días-le saludo el pez-, ¿que tal estas?
-Es una esponja-le explicó el loro, muerto de risa-. Sirve para lavar a los niños
-Pues devuélveme a la pecera, no vaya a ser que me tomen por una esponja.
Un dragón muy raro
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